Muchas veces, cuando estoy muy concentrada en lo que estoy haciendo, sobretodo en el trabajo, no soy conciente de que mi postura corporal no es la más adecuada. Sólo cuando un dolor agudo en el cuello y los hombros me avisa, tomo conciencia de cómo estoy sentada y cómo, yo misma, estoy dañando mi cuerpo.
Es por eso que para este mes he decido implementar un hábito en mi vida: tomar conciencia de mi postura corporal y corregirla. Mi objetivo es mantener una buena postura, pero entiendo que para ello primero tengo que ser consciente de mi postura.
Tabla de contenidos
Liberar tensiones
Para mi cumpleaños mi pareja me regaló un masaje en un centro de Quiromasaje y Osteopatía (¡Gracias!). Elisa, la masajista, me dijo que yo no era capaz de relajar mis músculos, que éstos estaban en continua tensión, y que tenía que aprender a relajarlos.
Me doy cuenta que soy una persona que siempre tengo tensión, sobre todo en la zona del cuello y los hombros. Ya sea trabajando como haciendo otras actividades, acumulo tensión físicamente en esa zona. Me cuesta relajarme, aunque estoy trabajando esto diariamente con meditación y Reiki, aún tengo mucho camino que recorrer. Una forma de liberar tensiones es haciendo ejercicios de relajación o meditando.
El cuerpo nos habla
Nuestro cuerpo nos habla constantemente y nos da mensajes de:
- Nuestras sensaciones físicas (hambre, sed, frío, calor, dolor, sueño…)
- Nuestra emociones (tristeza, alegría…)
- Nuestros sentimientos (amor, odio…)
Tomar consciencia corporal me va a ayudar a escuchar los mensajes que me da mi cuerpo, para después interpretarlos y poder mejorar mi estado de salud y por lo tanto mi vida.
Formas prácticas para mejorar mi postura corporal
Éstas son las acciones prácticas que utilizo desde hoy para tomar consciencia de mi postura y mejorarla:
- Cuando estoy sentada, coloco mi columna vertebral recta y siento como si me tirasen con una cuerda sujeta a mi cabeza de la coronilla hacia arriba. No cruzo las piernas.
- Cuando estoy de pie o andando, mantengo mi cuerpo relajado y alineado.
- Muy frecuentemente, observo mis hombros, los dejo caer suavemente, mateniéndolos lo más alejados posible de mis orejas.
- Algunas veces al día hago ejercicios sencillos de relajación para cuello y hombros. Los puedo hacer en un momento, esperando el autobús, cuando estoy en un ascensor…
- Hago ejercicio todos los días de la semana, como mínimo caminar 20 minutos.
- Siempre que puedo, voy andando a todos lados o en bicicleta.
- Al acostarme, me concentro en mi respiración y voy repasando cada parte de mi cuerpo, desde los pies a la cabeza, parándome en cada extremidad, cada órgano, cada sistema de mi cuerpo. Voy identificando, uno por uno, cada tensión, dolor o entumecimiento. Se trata de un “escáner corporal”. Es curioso como mi mente me va dando respuestas, tipo “necesito dormir más” o “tengo que ejercitar mi espalda”.
- Hago meditación a diario.
Estoy segura que todas estas prácticas harán que mejore mi postura y que esté más relajada.
Hábitos del resto de meses de 2014
Este post forma parte de una serie de entradas en las que cuento qué hábitos me he propuesto implementar en mi vida cada mes. Éstos son los hábitos del resto de meses:
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12 meses, 12 hábitos. Enero: hacer ejercicio
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12 meses, 12 hábitos. Febrero: las tres cosas mejores del día
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12 meses, 12 hábitos. Abril: levantarse temprano
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12 meses, 12 hábitos. Mayo: escuchar música a diario
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12 meses, 12 hábitos. Junio: leer más
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12 meses, 12 hábitos. Julio: meditar a diario
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12 meses, 12 hábitos. Agosto: escribir cada día a un amigo
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12 meses, 12 hábitos. Septiembre: tres piropos al día
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12 meses, 12 hábitos. Octubre: dormir lo suficiente
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12 meses, 12 hábitos. Noviembre: Planificar
- 12 meses, 12 hábitos. Diciembre: Comer menos