¿Cómo sería el mundo si todas las personas fuésemos generosas? ¿Has sido partícipe alguna vez de una cadena de favores? ¿Qué beneficios tiene la generosidad? La generosidad es una actitud que consiste en dar algo a los demás sin esperar nada a cambio. Si tomamos la actitud de ser generosos, nuestra vida cambia.
El otro día me paso algo que me hizo reflexionar sobre la generosidad. Era un día lluvioso, y por lo tanto, no pude coger la bicicleta para ir al trabajo. En esos casos cojo el autobús de mi pueblo hasta Granada y allí cojo otro autobús hasta mi trabajo.
Así que a la vuelta del trabajo, me subo en el autobús y resulta que ya no quedaba saldo en mi tarjeta bonobús. Miro en mi cartera y sólo tenía un billete de 20 euros y algunos céntimos. Como en los autobuses como máximo te cambian un billete de 10 euros, no podía pagar. En ese momento una mujer desconocida me pagó el billete. Una mujer a la que no iba a volver a ver, seguramente, nunca más.
Después, al bajarme de este autobús, tenía que coger el otro autobús que va a mi pueblo. Salí corriendo en busca de una tienda que me pudiera cambiar. Estaba todo cerrado, por la hora que era, pero finalmente encontré una tienda de chucherías que estaba abierta. Entré y resultó que la dependienta no tenía cambio. Al verme tan apurada, la chica me dio directamente lo que me faltaba por pagar el autobús. Y tampoco la conocía de nada.
Gracias a estas dos mujeres totalmente desconocidas pude llegar a casa. Una vez montada en el autobús, recordé la película “Cadena de favores”. No sé si la has visto, se trata de personas que hacen un favor y después el que recibe el favor hace otros favores a otra gente, y así sucesivamente.
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Ser generoso sin dinero
La generosidad no significa sólo dar dinero. Se puede ser generoso regalando una sonrisa, ayudando a alguien, aportado tu talento o tu tiempo a los demás.
Se puede ser generoso ofreciendo un cumplido o haciendo sonreír a alguien.
La generosidad también está en las pequeñas cosas, pequeños gestos que pueden ser muy grandes para otras personas. Todo suma, ningún gesto de generosidad es insignificante.
El que da, al final recibe
¿Has sentido alguna vez frustración por ayudar siempre a ciertas personas que cada vez te piden más y más? ¿Has tenido alguna vez la sensación de que se han aprovechado de ti? A mí me ha pasado.
Pero ahora he aprendido que al final la vida te devuelve aquello que has dado. No tiene que ser de la misma persona, muchas veces viene por otro lado, o te pasan cosas buenas. A las personas generosas al final la vida les sonríe. No te arrepientas de tu generosidad, aunque no sea reconocida.
Ser agradecido también es ser generoso
Hay personas que les encanta dar, pero les cuesta mucho recibir. Algunas por baja autoestima, porque no crean que se lo merezcan. Otras por no perder ciertos “beneficios ocultos”, como el ser protagonista o recibir reconocimiento.
Pero el ser generoso también implica ser agradecido. Si eres agradecido con la gente, le estás agradeciendo su gesto y le estás dando alegría y satisfacción. No le prives de esto a nadie. La gratitud es también otra gran virtud.
Ser generoso con uno mismo
No te olvides de ti. A veces nos enfocamos tanto en ayudar a los demás que nos olvidamos de nosotros mismos. Cuídate, hazte un regalo de vez en cuando: un baño relajante, un rato tranquilo leyendo, hacer aquello que te guste…
Está en nuestras manos
Tenemos dos opciones: ser generosos o no serlo. Pero, como en la película “Cadena de favores”, si todos hiciésemos un pequeño gesto de generosidad cada día, nuestro mundo sería más bonito y todos seríamos más felices.
Foto: Srgpicker/Flickr