Muchas veces me preguntan: ¿cómo lo haces? ¿Cómo te da tiempo a tanto? ¿No te estresas con tanta actividad? ¿De dónde sacas el tiempo? Pues señores, señoras: no es mérito mío. La clave de mi productividad tiene un nombre: GTD.
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¿Qué es GTD?
GTD son las siglas de las palabras inglesas “Get Things Done”, título del libro con el que David Allen ha difundido internacionalmente su método de organización personal. En España se ha publicado con el título “Organízate con eficacia”.
Es un método que permite recopilar todas nuestras tareas, proyectos y objetivos y gestionarlos de forma que podamos hacerlas todas en su momento exacto sin agobios. Este sistema de organización y gestión se ha convertido en un paradigma de la productividad personal.
Conseguir un enfoque positivo y sencillo de la vida, que nos haga más productivos y sin estrés, relacionando cada una de las tareas que hacemos con nuestras metas vitales, es el objetivo de GTD.
¿En qué consiste GTD?
Es complicado explicarlo en pocas líneas. GTD es un método destinado a descargar de tu mente todos aquellas tareas, citas, proyectos, cosas, que ocupan y preocupan a nuestra persona de forma innecesaria, ubicándolos en un sistema que se debe revisar periódicamente para generar la confianza suficiente y evitar que todos estos detalles vuelvan a ocupar nuestra mente.
Los principios del método GTD son:
- Recopilar
- Procesar
- Organizar
- Revisar
- Hacer
Pero para mí lo más interesante del método es la perspectiva que da, y cómo interconexiona el qué hacer de tu día a día con tus objetivos, tu visión y tu propósito en la vida.
Próximamente, en una serie de posts, explicaré con más detalle cómo implementar este sistema.
¿Qué aporta el sistema GTD a mi vida?
- Libera mi mente. Con este sistema ya no tengo que pensar más en qué tengo pendiente de hacer, ni en citas, cumpleaños, libros que leer… de eso ya se encarga el sistema.
- Me hacer ser más productiva. Y entiendo la productividad personal no está ahí sólo para ayudarnos a hacer mucho en poco tiempo, sino para sacar el tiempo suficiente para hacer todas esas cosas que consideramos verdaderamente importantes.
- Elimina el estrés. GTD te permite tener una percepción más relajada y distinta del mundo. Se acabaron las tareas urgentes, todo se hace a su debido tiempo.
- Me ayuda a alcanzar mis metas y objetivos. Con el sistema GTD todos los días doy pasitos en el camino de alcanzar mis objetivos a corto, mediano y largo plazo.
- Me hace mejorar continuamente. GTD me permite cumplir con mis compromisos y responsabilidades en tiempo y forma, identificar las cosas que realmente me apasionan y deshacerme de las que no me aportan valor, reconocer cuándo me estoy desviando del camino y tomar medidas al respecto… En definitiva, me hacer ser mejor cada día de forma constante.
- Me permite no perder el rumbo. Muchas veces realizamos acciones que no están en concordancia con nuestros valores y nuestras ideas. GTD relaciona cada una de las tareas que realizamos, hasta la más pequeña, con nuestra filosofía de vida.
¿Qué necesito para empezar?
Lo primero es conocer la metodología (lo veremos en próximos posts). Para conseguir un éxito total en la gestión de tareas es imprescindible, al menos al principio, no saltarse ningún paso. Después cada uno puede adaptar el sistema a su propio estilo de vida. No es un sistema rígido; se adapta, avanza y mejora con nosotros.
Aunque es un método muy sencillo, el camino no lo es. GTD sigue unas pautas lógicas, muy parecidas a la planificación natural que nuestro cerebro utiliza; no precisa de herramientas sofisticadas y es aplicable por cualquier persona y circunstancia.
¿Quieres saber más sobre GTD? Seguiremos informando. 🙂
Otras entradas de esta serie
- GTD Parte 1: Recopilar
- GTD Parte 2: Procesar (1)
- GTD Parte 2: Procesar (2)
- GTD Parte 3: Organizar
- GTD Parte 4: Hacer
- GTD Parte 4 (2): Gestión de Proyectos
- GTD Parte 5: Revisar