¿Te ha pasado alguna vez que estás en una reunión, ya sea de amigos, familia o de trabajo, y que todos estaban pendientes a su móvil? Seguro que sí. A mi me pasa frecuentemente. Mira a tu alrededor: en las paradas de autobuses, en las salas de espera, en las cafeterías, incluso andando por la calle… ¿qué están haciendo la mayoría? Pues sí, están mirando al móvil.
Yo no estoy en contra de la tecnología; al contrario, me parece una revolución e intento estar con los nuevos tiempos. El teléfono móvil es un gran invento, nos permite estar en contacto con nuestros amigos y nuestra familia estemos dónde estemos.
Los smartphones además pueden simplificar nuestra vida, puesto que son varios objetos en uno: una cámara fotográfica, una agenda, mapas de cualquier lugar, un gps, una biblioteca con nuestros libros favoritos, almacenaje para nuestros archivos, toda nuestra música …
El problema está cuando el teléfono nos domina, estamos siempre pendiente de él y dejamos de ser libres e independientes. Además, nos perdemos el presente, el regalo de la vida que está delante de nosotros: el canto de un pájaro, la sonrisa de nuestros hijos, el atardecer, una buena conversación con un amigo…
Es por eso que yo ya he aprendido hace algún tiempo a apagar el teléfono móvil. Al principio me regañaban: «hay que ver que no hay forma de localizarte» o «¡has tardado más de una hora en contestarme un mensaje por Whatsapp!!». Ahora, siempre me dejan por imposible: «Como Inma es tan despistada con el móvil…» pero se van acostumbrando. Me puedo perder algunas cosas, pero gano muchas otras. Además, me quité la conexión de Internet del móvil, porque no la necesito. Y me siento mucho más libre y feliz.
¿Cuándo apago mi móvil?
- Cuando estoy en una reunión con alguien: sobretodo si somos dos, pero también si estamos un grupo de familia o amigos
- Cuando estoy trabajando
- En las comidas
- Cuando estoy en la naturaleza o en el campo
- Cuando estoy jugando con mis hijos
- Cuando estoy durmiendo
- Cuando estoy leyendo
- Cuando estoy conduciendo o viajando
- Cuando estoy haciendo alguna actividad que quiero disfrutar: viendo una película, en un concierto, paseando…
- Cuando estoy de vacaciones
- Cuando decido que es un día sin móvil… es genial, ¡pruébalo!!
Puede parecer mucho pero no me siento para nada desconectada. De esta manera atiendo a mis llamadas y mensajes de una manera mucho más consciente y plena.
Algunos trucos que también pueden venir bien son:
- Cuando enciendas tu móvil revisa primero tus llamadas. No te sientas obligado a responder todas. Responde solamente cuando puedas dedicar tiempo a la persona que te ha llamado.
- Revisa tus sms: suelen ser más importantes que el resto de mensajes. Contesta a los que creas conveniente.
- Cuando tengas un ratito revisa otros servicios de mensajería tipo Whatsapp o Line: intenta estar en el menor número de grupos posibles. Contesta los que realmente consideres que tienen que ser contestados. No lo hagas muchas veces al día, puede ser una adicción.
- No tengas Internet de datos en el móvil o tenlo desconectado. Así evitarás estar consultando continuamente las notificaciones de tus redes sociales o el correo electrónico.
No te preocupes de perderte algo urgente: en esos casos tarde o temprano te localizarán. Avisa a tus amigos y familiares. Seguro que con el tiempo aprenderán a respetar tu decisión. Y sobretodo: disfruta de todo el tiempo que vas a ganar y todas las vivencias que no te vas a perder por estar pendiente al móvil.