Cada vez estoy más contenta de usar la bicicleta para desplazarme. Me siento satisfecha de ese cambio que hice en mi vida. Y no soy la única: últimamente son muchas las personas que cogen la bicicleta en su día a día, como medio de transporte saludable.
Pero llega el frío y el número de ciclistas en la calle disminuye. A mí particularmente me gusta el frío. Me crié en una bonita ciudad del Pirineo catalán, donde te encuentras en manga larga y chubasquero una tarde de agosto. Particularmente le temo más al calor del verano que ir en bicicleta en invierno.
Estoy convencida de que se puede disfrutar también de las ventajas de ir en bicicleta en invierno. Lo hacen en Holanda, en Dinamarca y en Alemania, así por qué no en España. 😉
Os dejo algunos consejos que a mí me han venido bien para ir en bicicleta en invierno y no morir en el intento.
Tabla de contenidos
5 Consejos para ir en bicicleta en invierno
1. Hazte visible.
Durante todo el año es importante, cuando vas en bicicleta, que se te vea, pero especialmente en invierno, puesto que hay menos horas de luz y los coches son menos conscientes de los ciclistas en invierno. Yo ya he tenido un par de sustos cuando salgo por las mañanas, cuando aún no ha amanecido.
Te recomiendo un par de luces potentes, una delante y otra detrás, y que uses reflectantes. Lo ideal es usar un chaleco reflectante, es la mejor forma de hacerte ver, y usar ropa clara.
2. Varias capas.
En invierno lo peor no es pasar frío, lo peor es sudar cuando hace frío.
Para ir en bicicleta en invierno lo ideal es abrigarse con tres capas utilizando la ropa adecuada.
La primera capa sería una camiseta térmica, de fácil secado. No uses de algodón, puesto que si se moja con el sudor, después tarda en secarse y te sentirás húmedo y frío.
La segunda capa tiene que ser algo de abrigo, que no sea excesivamente gordo y que deje transpirar el sudor. Yo suelo ponerme algo de lana o forro polar.
La última capa nos debe proteger del frío, la lluvia y el viento. Hay chaquetas cortavientos, pero si no quieres invertir mucho dinero, un chubasquero te puede servir.
No es conveniente abrigarse mucho, puesto que al rato de ponerte en marcha entrarás en calor. Lo ideal para ir en bicicleta en invierno es pasar un poco de frío al principio.
Intenta que estas tres prendas sean largas, para protegerte la parte de los riñones, que es la que más sensación de frío da.
Si vas en bicicleta al trabajo, igual necesitas llevarte una muda de ropa para cuando llegues ponerte algo más adecuado para hacer tu actividad diaria.
3. Protege tus extremidades.
Lo que es muy importante para ir en bicicleta en invierno es abrigar bien tus extremidades: cabeza, brazos, manos, piernas y pies. Manteniendo estas partes del cuerpo calientes, no tendrás tal sensación de frío.
Abrígate la cabeza con un gorro fino que puedas colocar debajo del casco, una bufanda o braga para proteger la garganta y la boca, unas orejeras o bolas de algodón para evitar la otitis, y unas gafas para evitar que te lloren los ojos del frío.
Para los brazos y piernas, unos buenos guantes, unos calcetines largos que te tapen las pantorrillas y un calzado de invierno serán suficientes.
4. Ten a punto la bicicleta.
En invierno es aún más importante tener a punto la bicicleta.
Asegúrate que los frenos están en buen estado de funcionamiento.
Revisa tus neumáticos. La presión varía en función de la temperatura, y en invierno están en contacto con el pavimento frío. También es importante que tengan buen agarre.
Trata de tener una buena bicicleta y mantenerla bien cuidada. Ten en cuenta que, por mucho que te cueste, va ser mucho más económica que tener un coche.
Una bici con guardabarros también ayuda a circular con seguridad en invierno.
5. Mantén el control.
En invierno podemos perder el control de nuestras bicicletas.
Si estamos pasando por tramos resbaladizos debido al hielo o nieve lo mejor es no pedalear y tener los pies erguidos.
Si debemos frenar, lo haremos con el freno de atrás y suavemente, que la velocidad disminuya poco a poco. También tenemos que estar preparados para derrapar.
Trata de averiguar en qué estado va a estar el pavimento por el que pasas, si tiene hielo o nieve, o si tiene hojas mojadas, que suelen ser muy resbaladizas también.
No hay nada comparable con la sensación de levantarte por la mañana temprano, coger la bicicleta, y sentir el frescor en tu cara, la paz y el silencio del trayecto, tú, tu bici y tus pensamientos. Llegas a tu destino con energía, sintiéndote con ganas de afrontar cualquier reto del día.
Si te gusta esa sensación, no dejes de ir en bicicleta en invierno. Así que déjate de excusas, ponte abrigo y guantes y te veo en las calles este invierno. ¡Todos los días!
Foto por Lauri Vaïn