NOTA DE LA EDITORA: ESTO ES UN ARTÍCULO INVITADO SOBRE LA VIDA SLOW A LOS 50, REDACTADO POR TERE RODRÍGUEZ DE NOMAD@50.
Hay algo que a los humanos nos diferencia de otras especies animales.
Y no, no es la capacidad de raciocinio.
Según Matthew A. Killingsworth y Daniel T. Gilbert, lo que nos separa del resto de los seres vivos en este planeta es que los humanos pasamos una gran parte de nuestro tiempo pensando en acontecimientos del pasado o posibles eventos futuros que puede que no sucedan nunca.
Es decir, nuestro enfoque no es el presente, sino el pasado y un futuro improbable.
Los autores del informe “A wandering Mind is an Unhappy Mind” (Una mente errante es una mente infeliz) creen que “la mente errante” es el modo “de fábrica” del ser humano.
Y, sí, esta habilidad es la que nos lleva a aprender y a explorar, pero según su estudio, esa mente “nomádica” acaba por pasarnos una costosa factura emocional y nos convierte en seres infelices.
¿Qué quiere decir eso?
Te lo cuento a continuación.
Tabla de contenidos
Los humanos somos inconscientes de gran parte de nuestras vidas
El estudio de Killingsworth y Gilbert reveló que la mente humana es una mente errante por naturaleza.
Y que esa mente errante es una mente infeliz.
Somos capaces de pensar acerca de lo que no está ocurriendo en nuestro entorno en ese preciso momento, pero esa habilidad nos sale muy cara.
Es decir, seremos más felices, fregando el suelo y enfocándonos de pleno en esa actividad, que fregando el suelo y pensando que estamos en una playa de arena blanca y agua cristalina en Tahití.
Pero lo peor es que los autores hicieron un cálculo de las horas reales que nuestra mente se pasa divagando.
Y visto en cifras, la verdad es que ¡asusta!
Resulta que NO estamos presentes durante casi la mitad de las horas que pasamos despiertos.
Es decir, que ¡pasamos la mitad de nuestra vida sin tener conciencia plena de la labor o actividad que estamos llevando a cabo!
Sin saborearla.
Y eso, cuando has cruzado la barrera de los 50, como es mi caso, y como es el caso de muchos de mis lectores en www.nomadat50.com, ¡y te das cuenta de lo que eso significa, te llevas bofetón muy grande!
Porque eso significa que nos pasamos casi media vida durmiendo…
Y la otra media, divagando.
Sin estar presentes y siendo infelices.
A los 50, eso quiere decir que hemos perdido casi el 75% de nuestra vida.
¡Hemos perdido más de 37 años durmiendo, distraídos y siendo infelices!
Por eso, estoy convencida de que adoptar una vida slow a los 50 + es la mejor que podemos tomar a esta altura de nuestras vidas.
¡Porque hay que sacarle provecho máximo a lo que queda!… ¿No?
Comer Slow a los 50
El movimiento Slow Food nos invita a utilizar alimentos locales y platos tradicionales.
Alimentos no procesados.
Es decir, retomamos el control de los ingredientes que ingerimos.
Y eso significa registrar mejor lo que comemos, ingresar menos calorías y evitar ese potencial exceso de peso que dicen que llega con la edad.
Al comer Slow comemos con tiempo…
Disfrutando de la buena compañía…
Del proceso de nutrición…
Reconociendo el placer que los alimentos nos aportan…
Reconociendo las personas que han hecho posible que esos alimentos lleguen a nuestras mesas.
Cada día.
Trabajar Slow a los 50
¿Sabías que las escuelas en Canadá y los EEUU tienen días oficiales Slow?
De hecho, la Universidad de Harvard envió una carta dando la bienvenida a sus estudiantes para recomendarles que se agenden momentos en su calendario para descansar, para soñar, para meditar…
El propio Google, y muchas otras empresas a la vanguardia del emprendimiento digital, recomiendan Mindfulness para disparar los niveles de creatividad y productividad de sus empleados.
General Mills, fabricante de los helados Häagen-Dazs, también apuesta por el trabajo Slow y Mindful.
La empresa tiene su sede en un frondoso terreno en las afueras de Minneapolis, Minnesota donde trabajan unas 3.000 personas.
«Se trata de entrenar nuestras mentes para que estén más enfocadas, para ver con claridad, para ser más creativos y para sentirse conectados«, comenta Janice Marturano, subdirectora general de General Mills, y fundadora del programa.»
Porque de eso se trata.
De disfrutar del trabajo, de nuestras capacidades, de los resultados que producimos y, sobre todo, de las relaciones que forjamos.
A los 50 o a cualquier edad.
Viajar Slow a los 50
Si te mueves por Instagram, habrás visto perfiles que hacen alarde de:
“120 países y contando”.
Pero ¿de eso se trata?
¿Viajamos para fardar?
¿Viajamos para sumar países?
¿Para que nuestros seguidores envidien nuestras vidas?
¿Viajamos para que se nos vea viajar?
Eso, no es viajar.
Para mí, viajar, es viajar slow.
Sobre todo, a los 50.
Porque, hay que admitirlo, a los nómadas 50 nos va la jarana tanto como a cualquier otro, pero también es cierto que la mayoría de nosotros buscamos los momentos de paz.
Por eso, creo que viajar slow te va a sentar muy bien.
Porque sé que te gusta disfrutar de la serenidad de los pequeños callejones de una gran ciudad…
Observar el ir y venir de sus gentes.
Escuchar los sonidos de su idioma.
Conectar profundamente con ese lugar, con su experiencia y disfrutar de los pequeños grandes momentos.
¿Cómo?
- Disminuye la velocidad.
- Aparca la tecnología en la medida de lo posible, y absorbe tu destino con calma.
- Sin consumir experiencias.
- Conociendo el lugar con intención.
- Comprometiéndote con este.
- Involucrando todos tus sentidos.
Vivir Slow a los 50
Las generaciones jóvenes tienden a estar más centradas en el futuro…
Tienen muchos años por delante.
Y la mayoría se centran en pensar todo lo que quieren lograr personal y profesionalmente.
A nosotro/as, a lo/as mayores de 50, se nos echa el tiempo encima.
Por eso, nos conviene cambiar el paradigma.
Por eso, debemos centrarnos más en el presente.
En saborearlo lentamente.
En combatir esa mente errante de la que te hablaba al principio.
Estar más presente es una manera de ralentizar la velocidad del tiempo.
¡Y eso no tiene precio!
Por eso, y por mucho más, adoptar una vida slow a los 50 + va a ser la mejor decisión tu vida.
Tere Rodríguez
Tere salió a viajar hace 30 años y oficialmente, ¡aún no ha vuelto! Copywriter, storyteller, y autora de Mindful Copy, Gastromarketing y El Portal de Everett, Tere lleva más de una década facilitando sueños para el pequeño y mediano empresario/a con sus palabras. Es la fundadora de www.nomadat50.com, un blog de viajes, emprendimiento, fitness y mindset para aventureros que viven slow a los 50 +.