Aunque de nunca me ha gustado la Navidad tal y cómo se está planteando últimamente, hay ciertos aspectos que sí me gustan. Me encanta la temática de nieve, Papá Noel y sus renos, los villancicos, los rosquillos de anís y las estrellas, la ilusión de niños y niñas. En realidad me encantan las navidades, pero unas navidades no consumistas.
Sobretodo disfruto de compartir momentos con la familia y amistades, comiendo, riendo, cantando. Es muy divertido. Amo la magia de la Navidad.
Lo que no me gusta de la Navidad son las compras compulsivas, el estrés, los excesos, los envoltorios, la acumulación de regalos innecesarios, el martilleo de la publicidad.
Pero se pueden tener unas Navidades minimalistas: quitamos todo lo superfluo y nos quedamos con lo importante, lo que nos llena. La filosofía del dar, del compartir, me encanta, pero no equivale para nada al «consumir».
Ideas para tener unas Navidades no consumistas
Aquí os dejo algunas ideas para tener unas Navidades no consumistas:
- Reduce tus regalos: haz una lista de las personas a las que pensabas hacer un regalo. Seguro que es demasiado extensa. Reduce esa lista, eliminando a personas a las que les regalas por costumbre o por obligación. ¿Realmente tienes que regalarles algo para demostrarle tu aprecio? Seguramente no.
- Regala tarjetas-vale de tiempo. Esto es genial para familias: En pequeñas tarjetas, que puedes colorear con dibujos y motivos navideños, escribes «vale por…» y escribes algo que implique tiempo. Por ejemplo, puedes regalarle un «vale por un masaje en los pies» a tu mujer, un «vale por tres días de no sacar la basura» a tu marido, un «vale por pasar un día entero juntos» a tu madre y un «vale por no hacer la cama 2 días» a tus hijos. Se puede convertir en una tradición muy divertida, donde cada año se compita por quién ha tenido más creatividad.
- Habla con la familia y llega a un acuerdo. El acuerdo puede ser eliminar totalmente los regalos o establecer unas reglas para regalar: regalos que no impliquen gastos de dinero, regalos de tiempo, donaciones a una ONG… Seguro que todos estaban deseando que alguien diera el primer paso.
- Haz regalos solidarios y/o responsables. Si de todas maneras decides hacer regalos, intenta que sean regalos que dediquen el dinero a alguna buena causa. También pregúntate quién lo ha producido y en qué circunstancias, si es reciclable y qué impacto tendrá sobre el medio ambiente.
- Haz regalos consumibles o útiles. Si no puedes escapar de algún que otro «amigo invisible«, no regales algo que no sea práctico para la persona que lo regala. Si regalas algo consumible (como una crema, una colonia o chocolate) te aseguras que no se acumulará. Averigua también qué le hace falta a esa persona a la que le vas a regalar: no le regales una bufanda si ya tiene otras diez más.
- No dejes las compras para el último día: planifica todo lo que puedas. Comprar en los últimos días te produce estrés y terminarás gastando más.
- Elimina las comidas de empresa o de amigos. Se pueden hacer otras actividades para reunirse que no impliquen comer: una salida campestre, ver una película en casa, un partido de fútbol todos juntos (que incluso puede ser benéfico), hacer una ruta de senderismo, tarde de manualidades navideñas... Lo importante es reunirse, reír, experimentar juntos, compartir.
- Decora con adornos hechos en casa: aprende a hacer adornos navideños con material reciclado y pasad una tarde de domingo toda la familia junta haciendo los adornos. Más espíritu navideño, imposible.
- Comidas navideñas compartidas: tanto si la comida familiar navideña se va a celebrar en tu casa como si se celebra en casa de tu suegra, implica a todos los miembros de la familia en ella: tu hermano puede encargarse de los aperitivos, tu hermana del vino y tú del asado. O mejor: quedad todos juntos para cocinar.
- Cuida los excesos: comer y beber en abundancia puede pasarnos factura. Evítalo. Para de comer antes de que vayas a reventar. No cocines más de la cuenta. Cocina sencillo, no te compliques la vida. Ahorrarás estrés y calentamientos de cabeza.
- Realiza actividades alternativas con la familia: ir a la playa, al monte o a un lago, cantar villancicos, leer cuentos de Navidad, hacer deporte juntos, hornear galletas navideñas o hacer un bizcocho… todo con mucha alegría y potenciando la magia de la Navidad.
Mi consejo final, que lo resume todo: No te dejes llevar por «lo de siempre», quita todo lo superfluo y enfócate en lo realmente importante, lo que te hace disfrutar del espíritu de la Navidad. Apuesta por unas navidades no consumistas.
Foto cedida por mararie.