Ya ha empezado la temporada de rebajas y muchas conversaciones en la calle versan sobre éstas. La mayoría de las personas dan por hecho que vas a ir de rebajas, como si no hubiese elección. Pero no es obligatorio ir de rebajas, es una opción de consumo como otra cualquiera.
Llevo mucho tiempo sin ir de compras. Sin embargo, el participar en el Proyecto 333 me ha hecho reflexionar sobre mi armario y he llegado a dos conclusiones: la primera es que no tengo ropa que me super-encanta, puesto que casi toda la ropa no me la he comprado yo, sino que me la han regalado. La segunda es que, si quiero vivir con menos ropa, ésta debe ser de calidad. Así que, seguramente, muy a mi pesar, este año me dé una vuelta por las rebajas.
Tengo claro cómo van a ser para mí las rebajas. Llevar una vida minimalista tampoco significa que no aproveches la oportunidad que ofrecen las rebajas de comprar algo que te hace falta o necesitas renovar. Pero sí es importante reflexionar sobre tus compras sin dejarte llevar por el consumismo compulsivo.
Aquí os dejo unas pautas a seguir para tener unas rebajas minimalistas:
1. Ir de rebajas no es una obligación.
Si realmente estás satisfecho con las prendas que tienes en tu armario y puedes pasar sin comprar nada, no es necesario que vayas de compras. Aprovecha ese tiempo para hacer algo que te guste, como dar un paseo por el campo o visitar la playa en invierno. Te aseguro que saldrás ganando.
2. Ir de rebajas no es tan urgente.
Nunca logré entender toda esa gente que espera impaciente la apertura de puertas de los grandes almacenes el primer día de rebajas. Yo estoy segura que las tiendas no cerrarán después del periodo de rebajas, que habrá ropa que comprar en febrero, que no se acabará para siempre tu talla. Además, ten por seguro, los precios no subirán hasta el infinito, seguro que encuentras alguna oferta en otro mes cualquiera. Nos lo hacen creer, pero no es así.
3. Antes de ir de rebajas, estudia tu armario.
Hazte estas preguntas: ¿Qué necesitas renovar? ¿Necesitas alguna prenda nueva, o ya tienes lo esencial? Escribe una lista con las prendas que necesitas, indicando cómo tienen que ser: los colores para que combine con lo que ya tienes, la talla, la forma… No te dejes ni un solo detalle sin apuntar.
4. Piensa dónde vas a ir.
No se trata de hacer una ruta por todas las tiendas de tu ciudad. Estudia tu lista y piensa en qué tiendas puedes encontrar lo que buscas. Limítate a ir a esas tiendas. Ni una más.
5. Controla las tallas para la ropa de tus hijos.
Si también vas de rebajas a comprarle ropa a tus hijos, haz otra lista para su ropa, con todos los detalles anteriores. Pero en este caso tienes que tener en cuenta también qué ropa ya no le vendrá la temporada del año que viene, y qué ropa sí podrás aprovechar. Calcula muy bien la talla, porque si no puedes encontrarte con que esa prenda de invierno sólo le va bien a tu hijo en verano.
6. Lleva el dinero justo.
Piensa en dinero que estarías dispuesto a gastarte en cada una de las prendas de tu lista, y lleva ese dinero en efectivo. Deja las tarjetas en casa. Recuerda, sobretodo, que no estás obligado a gastarte todo ese presupuesto. Si te sobra, guárdatelo para algo que te llene, como hacerle un regalo a una amiga o darte un masaje.
7. Cíñete a tu lista.
Cuando estés en las tiendas, seguro que encontrarás una blusa preciosa que te encanta, pero si no está en tu lista, es que no la necesitas. A mí me encanta la idea que tiene Valentina Thörner sobre ir de compras, como si fuera ir a un museo. Aprecia las cosas bonitas, pero no tienes porque comprarlas.
8. Compra con ética.
Estar de rebajas no es excusa para no preguntarte: ¿quién ha fabricado esta prenda? ¿Su precio es justo? ¿Cómo tratan a sus trabajadores? ¿De dónde vienen los materiales? ¿Qué impacto medioambiental va a tener tu compra? No olvides tus valores sólo por comprar barato.
Espero que te hayan servido estos consejos. Iré de rebajas, pero no olvidaré la premisa principal del minimalismo: la reducción a lo esencial para poder resaltar lo que es verdaderamente importante y evitar la distracción por adornos innecesarios. Reducir todo lo superfluo, tanto lo material como lo inmaterial, me ayudará a tener una vida más plena, y a disfrutar de la vida.
Foto: ponamen / Flickr