El otro día, leyendo un artículo de Iván, de entusiasmado.com, recordé este hábito que tuve hace algún tiempo y me animé a retomarlo de nuevo.
Se trata de, al lo largo del día, cada día, decir al menos tres piropos (honestos) a tres personas diferentes.
En busca de las víctimas
Pasarte el día buscando “víctimas” para piropearlas hace que te conviertas en un observador de las personas. ¿Cómo son? ¿Cuál es su valía? Muchas veces vamos por la vida pensando en nuestras cosas, y no vemos ni oímos al resto de seres humanos que nos rodean, que necesitan, al igual que nosotros, aprobación, el sentirse queridos y valorados.
Si te animas con este hábito te recomiendo una cosa: intenta que tus víctimas sean gente que no te cae muy bien, incluso que no soportas. Todas las personas tenemos un lado bueno (sí, todas). Tratar de buscar ese lado bueno nos ayudará en nuestras relaciones. Llegaremos a ver a esa persona que no soportamos desde la compasión y el amor, como otro ser igual a nosotros que, al igual que todos, lucha por hacer lo que puede con lo que tiene.
Este hábito me ayudará a trabajar la empatía y la compasión.
La grandeza de la generosidad
Tomar el hábito de dar y entender a los demás, nos puede dar grandes beneficios espirituales. Sin generosidad no hay vida plena.
Lo he observado en otras personas: tengo amigos, a los que admiro profundamente, que viven para dar. Pues bien, a toda esa gente generosa, aunque tenga problemas, al final todo les sale bien. El universo te devuelve esa generosidad. Pero no esperes nada a cambio cuando das; al final te llegará.
La reacción del agasajado
Cuando yo tenía este hábito, observando la reacción de las personas que reciben el cumplido, llegué a dos conclusiones:
- No estamos acostumbrados a los cumplidos. La mayoría de las personas, sobretodo si no te conocen mucho, reaccionan con sorpresa ante el piropo. Eso sí, les encanta. Como mínimo te devolverán una sonrisa. O incluso algunas se lo tomarán mal; no importa. Recuerda que damos sin esperar nada a cambio.
- Las relaciones cambian. Todos los días compras en pan en la misma panadería, o subes al mismo autobús. Pero un día le lanzas un piropo a ese dependiente de la tienda o al conductor del autobús. Te puedo asegurar que tu relación con esa persona cambia. Al día siguiente, cuando te vea, cambiará su cara de ajo por una sonrisa. O incluso iniciará una conversación contigo. O, a lo mejor, le has alegrado el día.
Pequeños gestos cambian el mundo. Si todos y cada uno de nosotros lanzaramos piropos en lugar de reproches o quejas, nuestro mundo cambiaría. Yo quiero cambiarlo. ¿Y tú?
Hábitos del resto de meses de 2014
Este post forma parte de una serie de entradas en las que cuento qué hábitos me he propuesto implementar en mi vida cada mes. Éstos son los hábitos del resto de meses:
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12 meses, 12 hábitos. Enero: hacer ejercicio
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12 meses, 12 hábitos. Febrero: las tres cosas mejores del día
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12 meses, 12 hábitos. Marzo: tomar consciencia de mi postura corporal
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12 meses, 12 hábitos. Abril: levantarse temprano
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12 meses, 12 hábitos. Mayo: escuchar música a diario
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12 meses, 12 hábitos. Junio: leer más
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12 meses, 12 hábitos. Julio: meditar a diario
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12 meses, 12 hábitos. Agosto: escribir cada día a un amigo
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12 meses, 12 hábitos. Octubre: dormir lo suficiente
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12 meses, 12 hábitos. Noviembre: Planificar
- 12 meses, 12 hábitos. Diciembre: Comer menos