En nuestras vidas hay personas que nos ayudan a subir, y otras que nos arrastran para abajo.
Hace tiempo hablaba sobre esto con un amigo mío inglés. Me contaba como notaba que ciertas personas le absorbían la energía. Son personas que se quejan por todo, critican a los demás, tienen una actitud negativa, te piden siempre favores, te dicen lo que debes hacer y lo que no debes hacer… La mayoría no son conscientes de ello, no se dan cuenta de que están bajando tu energía hasta el nivel del suelo.
Sin embargo hay otra gente que te llena de energía. Son personas alegres, optimistas. Siempre están dispuestas a ayudar y a darte ánimos. Se alegran de tus éxitos y son fuente de inspiración. No se dejan llevar por las personas anteriores, sino todo lo contrario: las animan y mejoran su energía. Son las personas ascensor.
Afortunadamente mi vida está llena de personas ascensor. No sería lo que soy si no fuera por ellas. Estas personas me han levantado y me han transformado, y estoy profundamente agradecida por ello.
Y ahora me planteo: Y yo, ¿soy ascensor o fuerza de arrastre para las personas que me rodean? Llevo un tiempo observando mi forma de interactuar con los demás. Cada día me esfuerzo para ser ascensor, para elevar la energía de las personas que me rodean, igual que otros hicieron por mí.
Quiero ser la fuerza que levanta a todos a mi alrededor. Quiero ser ascensor.
¿Zorro o león?
Os pongo por aquí este cuento sufí que trata sobre el mismo tema:
Foto de Jose R. BorrasUna vez un hombre vio a un zorro inválido y se preguntó cómo haría para estar tan bien alimentado. Decidió pues, seguirlo y descubrió que se había instalado en un lugar donde solía ir un gran león a devorar a sus presas. Cuando el león terminaba de comer, se alejaba y entonces el zorro iba y se alimentaba a placer.
El hombre se dijo:
-Yo también quiero que el destino me ofrezca de igual manera.
Y se marchó a un pueblo y se sentó en una calle cualquiera a esperar. Pasó el tiempo y no sucedió nada, excepto que cada vez estaba más hambriento y débil. Entonces, en su debido momento, escuchó una voz interior que le dijo:
-¿Porqué quieres ser como un zorro que busca la manera de beneficiarse de otros?, ¿por qué no ser como un león para que otros se beneficien de ti?