Este mes me he propuesto no procrastinar más algunas tareas personales importantes que estaba postergando desde hace meses y que estaba evitando hacer.
El verano es difícil para mí en este tema. Hacer calor y siempre hay algo más agradable para hacer que las tareas que son verdaderamente importantes. Es por esto que veo oportuno este hábito justo ahora, cuando más procrastino.
10 Posibles causas de la procrastinación
Es importante primero averiguar la causa de la postergación de la tareas. Una vez identificada la causa, será más fácil de tratar. Las causas más comunes de procrastinar son:
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El miedo. En realidad la procrastinación es generalmente el resultado de algún tipo de miedo. El miedo puede ser a hacerlo mal, a no saber cómo hacer algo, a hacerlo en el lugar o momento equivocado, a tener éxito y no saber qué hacer cuando tengas éxito, a hacer algo que no estás acostumbrado a hacer, etc. Se podría resumir como “miedo al fracaso o a no ser lo suficientemente bueno”.
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El perfeccionismo. Pasar un montón de tiempo tratando de conseguir algo perfecto, o tener la herramienta perfecta, o hacerlo exactamente con el procedimiento correcto, es una forma de procrastinación y una de las causas de la misma.
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Las distracciones. Hay muchas distracciones: Facebook, ver la televisión, leer blogs, revisar el correo electrónico o los mensajes de texto, jugar a videojuegos o juegos de Facebook, etc. Todas ellas tienen una recompensa (¡Un nuevo mensaje! ¡Un juego divertido!), mientras que las tareas suponen trabajo y esfuerzo.
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Tareas fáciles. Un correo electrónico te llega con una tarea algo urgente, pero fácil. Así que la haces en lugar de la que sabes que debes hacer. O tienes en tu lista de tareas una docena de tareas pequeñas y una grande, y te sientes más productivo por conseguir que las de menor tamaño se hagan.
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Sentirte cansado, perezoso, desmotivado. Puede ser que simplemente no tengas la energía en este momento para hacer frente a cosas difíciles. Así que terminarás yendo a las distracciones o las tareas fáciles.
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Sentirte preocupado, estresado, abrumado. Estos sentimientos hacen menos probable que te desees centrarte en algo duro. Tu energía y concentración están en otras cosas: la abrumadora cantidad de cosas que tienes que hacer, algo que tienes que hacer en otra área de tu vida, otros proyectos que te generan estrés, etc.
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La tarea es demasiado difícil, compleja. No estás seguro de cómo abordarla, por dónde empezar. No te sientes cómodo con la tarea porque no la has hecho antes o es demasiado dura.
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No sabes por dónde empezar. Lo más importante es empezar, no empezar en el momento perfecto. Así que elige un momento que sea tan bueno como cualquier otro y simplemente empieza.
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La organización como procrastinación. Pasar mucho tiempo en tu lista de tareas pendientes o software de productividad, tratando de tener tu escritorio organizado, buscando la forma de perfeccionar tu sistema de organización … son todas formas de procrastinación. Pensamos que estamos siendo productivos por hacerlo, y es más fácil que hacer lo que estamos posponiendo.
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Otras causas comunes: estar desorganizado, sobreestimar tu capacidad para hacer esta tarea más adelante, pensando que vas a estar más motivado después, pensando que vamos a trabajar mejor bajo presión, pensando que ya es demasiado tarde, así que ¿por qué debería siquiera comenzar?
El Plan de un mes para no procrastinar
Para conseguirlo estoy siguiendo un plan que ya me ha funcionado otras veces:
Primera semana
Elegir una tarea más importante (TMI) cada mañana, anotarla. Sólo se tardan 2 minutos. Esta tarea debe hacerse lo primero al comenzar el día, antes de contestar el correo electrónico o cualquier otra tarea.
Elige un método de rendición de cuentas (Facebook, Twitter, Coach.me…) e infórmales diariamente después de hacer tu tarea de ese día, incluso si no la hiciste. Esto no sólo esta semana, sino cada semana.
No te preocupes si no consigues hacer la tarea esta primera semana. Sólo obsérvate a ti mismo si empiezas a procrastinar. Anota por qué no estás trabajando en ello.
Segunda semana
Durante la segunda semana nos centramos en el hábito de empezar. En esta semana, no sólo debemos elegir nuestra TMI, sino que nos centraremos en el arranque. No tienes que hacer toda la tarea, sólo empezar. En esto se tarda un minuto, además de los 2 minutos de elegir y anotar la TMI. Si, una vez empezada, quieres seguir con tarea, estupendo. Pero no es obligatorio. Informa en tu grupo de rendición de cuentas diariamente.
Tercera semana
En esta semana nos centraremos en la pausa. Después de iniciar la TMI, podemos tener la tentación de hacer una pausa, bajo cualquier excusa. En ese caso observaremos cuál es la excusa que nos ponemos, respiraremos y regresaremos a nuestra tarea.
Cuarta semana
En esta última semana, practicaremos los tres hábitos anteriores (elegir TMI, empezar y trabajar la pausa) y desarrollaremos una mayor consciencia. Esta semana trabajaremos en la repetición (clave para formación de hábitos), sin olvidar observar nuestras excusas. ¿Cuáles son nuestros miedos? ¿Cuáles son nuestras creencias limitantes? Tomaremos un minuto para osbservarlos, y cuando los percibamos, los alejaremos con la racionalidad.
También tendremos cuidado con lo que nos aleja de nuestro objetivo: estar enganchado al correo electrónico, redes sociales, mensajería en el móvil, complacer a los demás… Buscaremos una manera de cambiar nuestro entorno, mediante el bloqueo o la eliminación de estas distracciones adictivas, así no hay que lidiar con ellas.
Ese es el plan para no procrastinar. Una cosa para centrarse cada semana, tres hábitos sencillos más conciencia.
Cada paso sólo toma un par de minutos, es tan fácil que no se puede decir que no. Lo importante es la práctica, así que ¡nada de excusas! También me ayuda el poner en mi calendario este reto cada día, y poner notas para mí misma para que no se me olvide hacerlo. Y así no procrastinar.
Otros hábitos que me he propuesto
Éstos son otros hábitos que me he propuesto en otros meses:
En 2015
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Febrero: practicar la bondad
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Marzo: alimentacion saludable
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Abril: mantener la casa ordenada
- Mayo: estar activo
- Agosto: el hábito de la gratitud
- Septiembre: no preocuparme
- Noviembre: conducir despacio
- Diciembre: atención plena
En 2014
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Enero: Hacer ejercicio.
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Febrero:Las tres cosas mejores del día.
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Abril:Levantarse temprano.
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Junio: Leer más.
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Julio: Meditar a diario.
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Agosto: Escribir cada día a un amigo.
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Septiembre: Tres piropos al día.
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Octubre: Dormir lo suficiente.
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Noviembre: Planificar.
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Diciembre: Comer menos.
Foto de gothick_matt