Siéntate un momento a reflexionar y hazte esta pregunta: ¿qué pasaría si durante tres meses no tuvieses ingresos? ¿Podrías pagar tus recibos? ¿Y tu hipoteca? ¿Podrías pagar tus tarjetas de crédito? Y entonces… no podrías sacar dinero de ellas… ¿podrías comer?
Estas preguntas me las planteé yo hace algún tiempo y entré en pánico: claramente yo estaba arruinada y no era consciente. La realidad era dura, pero tenía que hacer algo. Empecé a leer mucho sobre el tema y tomar una serie de medidas.
Ahora quiero compartir todo lo que he aprendido (y lo que seguiré aprendiendo) en este blog. Quiero ayudar a personas que, como yo hace algún tiempo, están arruinadas, sobretodo a las que aún no lo saben y siguen pensando que el dinero que sale de una tarjeta de crédito es real y es su dinero. Se puede salir de ahí y el primer paso es reconocerlo: estás arruinado/a.